Alineación: ¿deber ser o libertad?

ivana sejenovich

Alineación: ¿deber ser o libertad?           

 

El deber ser de la alineación

En mis clases he notado que muchas personas tienen ideas un poco fijas de cómo deberían colocar su cuerpo para estar alineados.

Esto en principio puede ser muy útil, pero me entristece cuando algunas veces origina tensiones innecesarias: el cuerpo más que liberarse se aprisiona, como intentando obedecer a algo que le imponemos desde afuera. Un ejemplo muy recurrente es lo que sucede cuando la indicación de alinear la pelvis, provoca que se borre la curva lumbar, incluso a veces se aprietan los glúteos constantemente, creando un bloqueo en la zona. Otro caso es el de llevar los omóplatos hacia atrás, en el intento de abrir el pecho, lo cual origina tensión en la zona de la espalda alta.

 

Abrir para dejar pasar

 

La alineación puede ser, además de estructural, también global y energética; un resultado de la atención conciente y de establecer conexiones, más que de llenar de órdenes al cuerpo. Es a la vez un proceso vivo, no una perfección rígida a alcanzar.

 

La práctica nos puede ayudar a crear un diálogo amoroso con nuestro cuerpo: ¿qué lenguaje y escucha interna queremos utilizar, para restablecer un movimiento armonioso y sano? Tomarnos el tiempo para que la respiración llegue a las zonas que queremos abrir, es trazar el camino de regreso a la paz de la inteligencia corporal nata.

 

Dentro de la Educación Somática, cuando queremos transformar un hábito (o patrón) de movimiento que no es funcional, recapitulamos nuestra historia de evolución de movimiento, desde la concepción hasta que caminamos.

 

Al revisitar y habitar esta serie de movimientos orgánicos, podemos habilitar posibilidades, que incluyen conexiones de centro a periferia, van más allá de las correcciones en zonas particulares del cuerpo.

 

Sugerencias de acciones para aplicar esto en la práctica: 

  • Cuando hay dolor, regresar hacia un lugar de más espacio y volver con más conciencia y respiración, para que el cuerpo de de sí desde un lugar más amable.
  • Confiar en la sensación propia (el saber del cuerpo), como un referente interno. Si alguna indicación de un maestro  nos sirve, tomarla prestada, pero no apropiársela para siempre sin saber bien porqué.
  • Imaginar o sentir que somos cuerpos energéticos, (por ejemplo, el centro de la pelvis irradia hacia los pies, notar dónde se está cortando esa energía, y dónde se siente más fluída). 
  • Llevar la atención a las articulaciones, para devolverles movilidad y espacio; que sean estaciones de pasaje de la energía. Por ejemplo en la pelvis, sentir las articulaciones sacroilíacas, a los lados del sacro, y la articulación entre pubis y pubis (sínfisis púbica), para la libertad de esta zona.

Todas estas exploraciones nos invitan a recuperar la confianza en nosotros, para que la práctica sea un camino de liberación, y que se sienta bien.

 

Aunado al proceso corporal, también el enfoque en la respiración nos lleva a otro estado de conciencia. 

 

Allí, como un regalo, la alineación llega, junto al silencio.